Capitulum digressio

Los capitulos que van hasta el laboratorio, comienzan con un cuento falopa sobre la creación del dinero que no me puede chupar más un huevo, pero que confirma la teoría de Rebord de que el dinero en papel es magia. Prefiero detenerme en el regreso, cuando ven que Wagner ha reemplazado fácilmente a Fausto en la cátedra y encuentran al bachiller que, después de leerse un par de libros, ya cree tener la posta. "Me dijeron tantas mentiras como cosas sabían, pues no creían en lo que sabían y así consumieron su vida y la mía", d ice convencido, y el diablo reconoce que los adultos a veces mienten a los jóvenes para no arruinarles la vida de entrada, para evitar spoilers y darles la oportunidad de descubrirla por si mismos. Porque al contrario de lo que pensaba Arendt, de que cada generación trae a cuestas la esperanza de reinventar el mundo, el diablo asume que nadie piensa nada necio o cuerdo que no haya sido ya pensado antes. El mal es, entonces, esa cirularidad con forma...