Capitulum digressio


Los capitulos que van hasta el laboratorio, comienzan con un cuento falopa sobre la creación del dinero que no me puede chupar más un huevo, pero que confirma la teoría de Rebord de que el dinero en papel es magia. Prefiero detenerme en el regreso, cuando ven que Wagner ha reemplazado fácilmente a Fausto en la cátedra y encuentran al bachiller que, después de leerse un par de libros, ya cree tener la posta. "Me dijeron tantas mentiras como cosas sabían, pues no creían en lo que sabían y así consumieron su vida y la mía", dice convencido, y el diablo reconoce que los adultos a veces mienten a los jóvenes para no arruinarles la vida de entrada, para evitar spoilers y darles la oportunidad de descubrirla por si mismos. Porque al contrario de lo que pensaba Arendt, de que cada generación trae a cuestas la esperanza de reinventar el mundo, el diablo asume que nadie piensa nada necio o cuerdo que no haya sido ya pensado antes. El mal es, entonces, esa cirularidad con forma de quietud, es el status quo que gravita para que todo siga tal como está. Mefistófeles lo sabe, el carbón del mal son los indiferentes. Ya los ha visto muchas veces, cómo nacen, envejecen, enferman y mueren. Las cuatro nobles verdades del budismo son el alimento del rey de las tinieblas. El diablo es viejo y hay que envejecer para entenderle. Cuando uno envejece se acostumbra, se acomoda, se aburguesa y prefiere que nada cambie. Trata de cuidar lo poco que logró. "No te creas tan importante", decía Karina y también el oráculo de Delfos limitaba con su "nada en demasía". ¿Pero, no es acaso la locura de no conocer nuestra medida lo que nos hace constantemente superarnos a nosotros mismos? ¿No es la desmesura de ciertos locos lo que empuja a la humanidad a nuevas fronteras? ¿Por qué lo hacen? 

Aunque el mosto fermente de manera impredecible, al final tendrá que dar vino. Como la belleza de Helena, que en el humo se desvanece, así se desvanecerá todo lo bueno y lo malo que hayamos hecho. Si. Todos la vamos a quedar al final, pero tenemos una vida de ventaja. Todos los hombres mueren, pero no todos los hombres realmente viven, dijo William Wallace antes de la batalla del puente de Stirling, puente que en la pelicula de Mel Gibson no apareció porque era muy caro filmar en un puente. Sin embargo, la película es buena y muestra que un hombre puede cambiar su destino y el de sus vecinos, si está dispuesto a cagarse a chotazos con lo viejo en favor de lo nuevo. El diablo es el mal, y el mal siempre será lo viejo que no quiere irse y que hay que derrotar, para crear algo genuinamente nuevo. El tiempo es superior al espacio, reza Bergoglio en el Evangelii Gaudium, invitando a iniciar procesos más que a conquistar territorios, enfrentando con esas palabras los dominios estancados del maligno. Es porque el diablo quiere la quietud que el papa, en nombre de Dios, nos dice: hagan lío.




Comentarios

  1. Todo lo que gira en torno al conocimiento y saber ser, en relación al tiempo, la juventud o la vejez. Me gusta pensar que Wagner realmente está en el lugar que estaba Fausto en su momento, entrando poco a poco en el terreno de entender que el conocimiento como lo entienden no lleva al entendimiento de nada. Pero aparte me deja flasheando la idea del mal es lo viejo y lo bueno debe ser lo nuevo que se antepone, es una idea que me da gustos a los cambios: del caos surge el orden para que este vuelva al caos y así por la eternidad.
    Alta frase de Bergoglio

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