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Mostrando entradas de enero, 2025

"Temor al castigo eterno y mucho que hacer" no tengo

 ¿Qué es lo que nos frenaría al común de los mortales llegar a un acuerdo con el diablo? Es el temor al castigo eterno, a que una vez cumplida la tentación por la cuál firmamos ese acuerdo, que suele significar un placer instantáneo al lado de lo que es el tiempo infinito, el miedo a que nos espere para siempre el camino del mal, ser siervos de lo demoníaco en el infierno. Por eso, siempre el acuerdo se llega para darle el bien a un ser querido; o en un estado de completa desesperación; o lo que es distinto, pero no tan distinto, en un estado de apatía total con la vida, el cual es el caso de Fausto. El acuerdo de Mefistófeles con Fausto es ser su acompañante, su siervo, por lo que tiene de vida, para luego se inviertan los roles y sea Fausto quien tenga que seguirlo por la eternidad. La condición de Fausto es que esto se de solamente si aquello que le sume, le enseñe, le sirva para hacerle sentir mejor, para agradarse a sí mismo. Cuando diga las palabras ¡Detente, eres tan bello!...

Fausto viejo meado

Fausto está completamente derrotado cuando vuelve Mefistófeles al estudio. " Soy demasiado viejo para limitarme a jugar y demasiado joven para morir sin deseos ". Y luego maldice el saber, los sentidos, la gloria, la propiedad, la riqueza, el ocio, el placer, el vino, el amor, la esperanza, la fe y, sobre todo, la paciencia. Todo aquello que alguna vez deseó o tuvo, todo aquello lo maldice. El coro de demonios sufre y le dice que con esas maldiciones ha destruido el mundo, que es, ante todo, bello. Le piden por favor que lo reconstruya con un esplendor mayor y que se cree una nueva vida. Mefistófeles se ríe del rencor del hombre abatido y aprovecha la oportunidad para hacer el famoso pacto. El demonio servirá al hombre en la tierra y el hombre servirá al demonio en el infierno. Pero, ¿No es así como funciona en toda regla el infierno cristiano? ¿hacía falta el pacto? Creo que no.  Pero hay hombres y demonios que gustan de las apuestas difíciles, porque valoran más el juego q...

Aprender de lo reprimido

Uno de los movimientos psíquicos esenciales del ser humano desde tiempos ancestrales, es la necesidad introspectiva del entenderse a uno mismo. No solo en el clásico "conócete a ti mismo" del Templo de Delfos, sino en variedad de culturas y momentos históricos, como en el Valle del Indo, donde se vio nacer el Yoga y fue cuna de toda la ideología y filosofía que le precede. La cuestión fundamental es ¿qué implica el conocerse a uno mismo? ¿cuál es la vía para lograrlo? Fausto es un erudito de la época, que maneja varias ciencias. Sin embargo, no encuentra en estos saberes las respuestas que le calmen el alma, y si bien sabe que para entenderla debe adentrarse en terrenos oscuros, y dice no temer a infiernos ni demonios, no soporta ni puede retener a un espíritu una vez que lo invoca.  El Psicoanálisis puso de manifiesto, lo que ya Platón había dejado entender más de 2000 años atrás en su alegoría del carro alado (acá Franco es donde me tiras un facto sobre el tema que me desmo...

La sabiduría

Fausto comienza esta tragedia diciendo que, si bien, hace diez años que arrastra a sus discípulos de acá para allá, en definitiva, no podemos saber nada. No le alcanzó con estudiar ni la filosofía, ni la teología, ni las ciencias. Se rindió ante el camino del conocimiento y optó por dedicarse a la magia, a la búsqueda de una revelación arcana, de algún espíritu que le arrebate su ignorancia. Podemos decir que finalmente ha comprendido algo: que no hay camino humano hacia la sabiduría. Y es su criado quien enfatiza esta idea cuando dice que el arte es largo, pero nuestra vida corta, que moriremos antes de llegar a las fuentes. Tampoco el camino de las artes puede hacernos sabios y a pesar de que podría, es tarea de elfos o inmortales, porque nosotros hemos llegado al mundo con la certeza de morir demasiado pronto.  Por otro lado, Fausto también muestra que aquellos que han sido sabios y han enfrentado a la plebe con su punto de vista, han terminado crucificados o en la hoguera....

La Esperanza del Señor

En una de las visitas, de las que son necesarias que el Señor haga cada tanto tiempo a lo mundando, tiene una conversación con Mefistófeles -aparentemente un demonio pícaro que habita en la tierra- queriéndose informar de las novedades, o al detalle, de los sucesos y de los hombres. Goethe nos habla de un mundo aburrido, llano, que da pena y que no genera el interés ni de lo demoníaco, pero aparentemente tampoco podría llamar la atención de lo Divino. En palabras de Mefistófeles: Viviría mejor tal vez, si no le hubieras dado ver la luz del cielo: él la llama razón y la usa solo para ser animal más que animal. Podría ser referencia de que el hombre utiliza la razón con el fin de justificar sus atrocidades y el mal. O que la utiliza para justificar sus instintos y alejarse de lo trascendental. Aquí entra la apuesta del Señor con Mefistófeles. De entre todos los hombres el Señor pone un voto de confianza en Fausto, aunque el demonio lo trate de loco, atormentado e insaciable en sus necesi...

Algunas cosas sobre los hombres en el prólogo en el cielo.

Tanto el preludio como el prólogo en el cielo son un intento muy interesante de Goethe de radiografiar la naturaleza humana. Están llenos de afirmaciones pesimistas a las que no les falta nada de lucidez. Voy a tomar un par de ellas como punto de partida, dejando claro que no sé un choto de Goethe ni de la cultura alemana de la época, así que esperen de esto muy poco marco teórico y una gran dosis de chamuyo criollo. La primera frase que me dejó tecleando fue:  Intenta sólo confundir a los hombres; ya que satisfacerlos es una tarea muy difícil… ¿Qué prefieres entonces, el éxtasis o la cólera? Ya está dejando claro que no va a conformar a su público (no pidan  fan service ) y que no espera nada de ellos. En definitiva, “que son todos una verga” y como Goethe es un autor mundialmente leído y será un referente, probablemente, hasta que derritamos el planeta o lo volemos a la mierda, lo que está diciendo, por extensión, es que toda la humanidad es una verga o, por lo menos, sus co...