Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2025

浮士德 (Fú shì dé)

Imagen
En el acto IV se retoma el arco del emperador. Ahora está exiliado esperando que se la vengan a dar sus detractores, que han armado una facción antiemperador. Mefis y Fausto se entrometen a ayudarlo con un ejército mercenario de bandidos de la montaña y un par de magias, ilusiones y lluvias de sangre típicas de cualquier necromancer.  El punto del acto parece ser los altibajos: hoy estás en la cima y mañana en el fondo. Algo que los chinos explicaron a la perfección en el I Ching o libro de las mutaciones. Cambio es todo lo que hay . Lo importante es saber dónde estás y si estás subiendo o en caída para tomar las mejores decisiones. Pero la idea no es ir contracorriente sino saber vivir en el pozo y también en la gloria.   El mar ejerce su dominio ola sobre ola, se retira sin haber creado nada, lo cual me produce espanto hasta la desesperación. Es una fuerza de elementos desencadenados que no tiene fin alguno.  A Fausto lo desesperan los altibajos de la vida, la impe...

Pa que te traje?

 Cual extremo por derecha o izquierda, Mefistófeles está podrido de meterle centros a la cabeza a Fausto para que le erre abajo del arco. Él sabe que es horrible, sabe que no va por ahí la cosa, pero de todas maneras sigue levantando centros a lo Román y evitando pegarle él, porque sabe que Fausto, como buen goleador, alguna se le va a dar. Luego de llegar a este mundo antiguo griego, que ni Fausto entiende muy bien, ni Mefistófeles se banca mucho, aparece el mayor deseo de nuestro héroe: la belleza en estado puro encarnada en Helena. El capítulo comienza en los pagos de Menelao, donde ella sabe ser dueña y señora de la casa, luego de unos diálogos donde nos deja entender la función que ella cumple para todos nosotros, como aquello que ahoga todo en lo bello para hacerlo trascender, y alguna referencia que me encantaría entender sobre volver a la casa paterna, Helena se encuentra con un personaje que no le devuelve su importancia en forma de eco, como está acostumbrada. Mefistófele...

Helena de Trolia

Imagen
En el acto III está claro que si hay algo mainstream es secuestrar a Helena. En este caso Mefistófeles, travestido como una vieja Fórcida con un solo diente y un solo ojo, engaña a la espartana más bella haciéndole creer que el rey Menelao va a sacrificarla. Algo que no tiene fucking sentido después del quilombo que hicieron los melenudos aqueos para rescatarla. Pero parece que, para Goethe, Helena tenía tanto de linda como de pelotuda. Así que cae en la trampa y es llevada a un castillo mágico donde reina Fausto que, en cinco minutos, le ofrece el reino, se la chamuya, la lleva para una cueva y le hace un pibe. Tuve que leer un poco de contexto porque no entendía una goma de a donde iba todo esto, ni que carajo pasaba con el niño Euforión. Buscaba cobre y encontré oro.  Fausto es un moderno, un hombre de ciencia. Después de que Descartes reinventara el conocimiento partiendo del  cogito, ergo sum ,   se produce una ruptura con el mundo clásico y medieval. Nadie diría, c...

Hacer luz lo de las profundidades

 Desde que comencé a interesarme y adentrarme en el mundo simbólico de lo que llaman psicología dinámica (analítica y demás derivados del psicoanálisis), uno de los símbolos más convenidos y reiterados por los autores es el del inconsciente en dos formas: el bosque y el mar. Nunca me había cuestionado que podrían llegar a representar diferentes aspectos de nuestra psique profunda hasta estos capítulos de Fausto. La asociación entre los dos espacios y el mundo psíquico es bastante básico: una apariencia manifiesta que transmite misterio, que puede ser bello o apreciable de por sí, pero que en su interior una vez que nos adentramos encontramos un fantástico y rico nuevo mundo. Pero ¿en que se diferencia un mar de un bosque? Hace unas entradas atrás, en los análisis de la primer parte del Fausto, este se escondía después de haberla cagado matando al cuñado, en los bosques y más profundamente aún en una cueva del mismo. Esto daba una idea de como el protagonista, habiendo metido la pie...

Si no hubiera ninguna bruja, ¿Quién querría ser diablo?

Imagen
Manto decía que amaba al que desea lo imposible. Imposible fue seguir el hilo de estos capítulos con tantos primos de Mefistófeles que van a apareciendo para decir cuatro cosas. No obstante, en la loca carrera del homúnculo por nacer aparecieron altas frases Allá donde reinan los fantasmas es también bienvenido el filósofo.  Goethe si bien está inserto en la tradición y leyó con mucha atención a Platón y al idealismo Alemán,  no deja de mostrar la imagen del filósofo como creador de fantasmas y a la filosofía como un juego peligroso que puede erigir sinsentidos. Es consciente de los límites y de los peligros de la razón y de los grandes sistemas.   Aquello a lo que uno está acostumbrado es un paraíso. Es recurrente el tema de la costumbre, a veces como una carga y otras como un alivio. En este caso, la frase se la dice una dríada a Mefistófeles, que no es tan poderoso en tierra extranjera como en el norte, donde podía volar y manipular a todos a su antojo. Parece ser...

Más allá de la Sombra

 Los capítulos venideros toman una ruta especial debido a la aparición de un personaje curioso: el Homunculus. ¿Qué hay más allá del inconsciente freudiano (qué es el inconsciente más popular)? ¿Somos seres motivados por nuestros impulsos reprimidos realmente? ¿o hay estratos de la mente humana que también nos definen y nos mueven más allá del mundo de las represiones? El problema con el camino de individualización es que una vez que nos empapamos en la Sombra, y sobre todo la aceptamos, es muy difícil salir de ese lugar. Escaparse del canto de las Sirenas, alejarnos de la fuente de Narciso, des-convertirnos de piedra luego de ver las serpientes de Medusa, etc. Son todos hechos mitológicos que refieren a los peligros de la Sombra en nuestra persona. Es tentadora porque amplía nuestra consciencia, ¿cuántas verdades nos hemos perdido por estar ciegos, o rechazarlas? Sin embargo, el camino de trascendencia implica no morirse en la verdad de la Sombra. Este terreno, tal y como el Homun...

La belleza y la gracia

Imagen
El capítulo comienza con Wagner, completamente full metal alchemist, en el laboratorio, rompiendo el tabú y practicando alquimia humana. Está creando un homúnculo dentro de un frasco, que ni bien nace empieza a hablar boludeces, sin embargo plantea algo interesante: Mientras a lo natural ni siquiera parece bastarle el mundo, lo artificial sólo requiere un reducido espacio. Hablando este tema con mi homúnculo de confianza, también encerrado en un cristal, Chat GPT, surgió la interpretación de que el ser humano, al ser una criatura natural, siempre va a estar deseando y necesitando más, de manera ilimitada. Al contrario, un homúnculo, que no tiene cuerpo, ni instintos, ni temor a la muerte, y no tiene deseo propio porque está programado, es limitado y no necesita nada.  Y ese es el problema de Fausto, que (culo veo, culo quiero) sigue obsesionado con encontrar a Helena, aventurándose hasta el río Peneo donde se encuentra con el centauro Quirón. Este lo lleva en su lomo y, como buen t...

El encuentro con la Madre

Fausto ha logrado, por medio de algún chanchullo que habrá hecho Mefistófeles, colarse en la corte imperial. Un emperador tomadísimo por lo demoníaco, él como varios personajes de la corte. Más allá de las referencias literales, y la corrupción capitalista a la que se entra con la invención del papel moneda, hablamos de la dominancia del Yo por sobre la Sombra. Ahora el paso siguiente, es uno de los más complicados para una mente que se encuentra padeciendo, una mente estancada. El encuentro con lo Bello, representado por medio de Paris y Helena, es la belleza en términos de Eros, la belleza por la vida y el mundo en sí. En psiquiatría y psicología, hay una definición académica y muy precisa de la enfermedad mental: aquellos síntomas/rasgos que se caracterizan por la rigidez, lo disfuncional, y la in adaptabilidad social. Sin embargo, mejor que está definición me gusta la de que la enfermedad mental es la perdida de la capacidad de ver lo bello en la vida, la enfermedad del Eros. Este ...